7/2/07

25 años



Esta carta, la recibí hoy en mi mail. La escribe una lectora que siente la necesidad de compartir sus vivencias con nuestra Cosmo. Dado que en la revista, por razones de espacio, no podría publicarla, lo quiero hacer aquí, con la conviccón de que todas las mujeres alguna vez hemos contemplado nuestra vida, con lágrimas o risas...


"Son las tres y media de la madrugada y ya quedan solo tres días para mi cumpleaños y dos noches para mi fiesta de cumpleaños….
Son 25, una cifra imponente, es como grande, es fuerte. También es nostálgica… de hecho, no sé qué me pasó, pero comencé a dormir menos…será esto de tanto pensar….pensar en los años y en él…
De a poco vuelvo atrás y comienzó a revivir momentos maravillosos y horribles….situaciones de alegría y otras en las cuales pensé que me iba a morir de dolor….instantes en los que reí hasta llorar y otros en los que las lágrimas afloraban de mis ojos con la simple mirada de otros…. Sí, tengo mucho de que quejarme, pero tengo más que agradecer, tengo muchas respuestas y parece que en esta etapa existen más preguntas que antes…Bueno, ¿antes de qué? Antes de esta edad, antes de él, antes de la depresión, antes de que el mundo comenzara a girar abruptamente. Esto no lo sentí, si no hasta el momento en que me senté a mirar y a obser que la vida ya no es como antes….
Siento que en un momento se me paró el corazón, que el aire me faltaba y sólo quería escapar (creo que aún tengo algo de eso) y que las fuerzas desaparecieron de un momento a otro, que la alegría ya no existió mas y que la pena y la amargura nublo todos mis días…cuando escribo esto afloran lágrimas en mis ojos, de pronto siento que se me aplasta el pecho como si una fuerza mayor dejara escapar toda la pena que aún guardo en mi interior, esa que no alcanzó a salir, esa que no alcanzo a brotar, esa que se quedo pegada a mí y que tal vez jamás saldrá…¿me gustará estar así? ¿será cierto lo que dicen todos? No sé, sigo insistiendo que no… en ocasiones pienso que no me puedo desligar de la niña… de ésa que piensa que todo puede ser como en los cuentos de hadas, de ésa que no entiende que exista gente mala, de ésa que quiere mucho a todos los a que ella la quieren, que ama con pasión y se entristece de la nada, que se emociona con una canción o tal vez se ríe del peor de los chistes….de ésa que se enamora en cada esquina y que aún sueña con el príncipe azul, de ésa que no le gusta hablar de plata y que tiene ganas de hacer muchas cosas, de ésa que tiene muchos sueños, y que sufre por qué cree que no los va a alcanzar, de ésa niña que a veces le trae muchas alegrías pero ésa que también me hace mirar a mi alrededor y darme cuenta que la tengo que abandonar porque no es bueno que siga mirando a través de sus ojos, por que ya esos ojos no deben estar conmigo, esos ojos se debieron haber cerrado y haber dado paso a esos que comprenden mejor el mundo que ahora me rodea.
Ayer creo haber escuchado de alguna de mis amigas, ¿“en serio no pololean”? Si ya tenemos 25 años...”. Le respondí que nos dedicamos a estudiar y a viajar y a pasarlo bien, qué tiene de malo no estar casada o pololear, ¿hay algún pecado en eso? ¿es tan terrible? ¿somos bichos raros? ¿somos anormales? Miro a mi alrededor y el mundo de la adultez llegó… qué fuerte… qué apresurado… si tan sólo ayer estábamos saliendo del colegio, graduándonos, comenzando la etapa universitaria... ¿qué pasa? ¿Por qué todo debe cambiar? ¿Por qué me tengo que cuestionar otra vez todo?... mis amigas se comienzan a casar, tendrán hijos... ¿estaremos comenzando el verdadero proceso de cambio y de separación?
¿Nací para estar con alguien? ¿O me debo asumir sola y seguir mi vida así, tal cual? El problema es que mi maldito corazón se aferra de cualquiera que le ofrezca un poquitito de cariño, y de eso se aprovechan, lo usan y luego lo votan ….
Siento de pronto que a esta edad, a los 25, es el principio del comienzo y que ahora viene el principio de mi vida y debo vivirla a ya más no dar; pero la otra mitad me dice sólo tienes un cartón, nada más un papel, y quien te lo va aplaudir... a quién le importa si hiciste algo más de lo que cualquiera puede hacer, nada novedoso, nada particular, nada impresionante, un cartón, solo un cartón... una cosa inanimada que demuestra lo bien que lo hiciste durante 5 años…
Tengo 25 años y ya llevo a cuestas una depresión, tengo 25 años y ya he tomado antidepresivos y pastillas para dormir, tengo 25 años y renuncie a uno de los mejores trabajos que jamás pudiese tener, y porqué no decirlo, he viajado tres veces a Isla de Pascua. Ups…parece que ganan las cosas malas... ¿será mi vida así? ¿Ganarán siempre las cosas malas? ¿Por qué no puedo hacer que ganen las buenas? Tal vez es sólo que yo les de la oprtunidad de triunfar….no sé en realidad, y esto lo digo muy desde dentro del corazón... tal vez este loca y dentro de mí las emociones se confunden y la risa se convierte en llanto y la pena en rabia...
Perdón, por las cosas que alguna vez hice y con las que dañe a alguien, yo disculpo a todos quienes me hicieron daño, sin saber el dolor que me causaban…y gracias desde el fondo de mi alma a todos aquellos que con su visita, con su abrazo o tan sólo prestándome un poco el hombro para llorar me hicieron la persona más importante y feliz del mundo….
No me dejen jamás por que harán que pierda a alguien muy importante y trascendental en mi vida y ustedes harán desaparecer de la suya a la persona que más las(os) quiere y que siempre intentará darles lo mejor de sí, tratando de devolver la mano de una forma, aunque esta haya sido muy pequeña en ocasiones…".

Valeria (25).

5/2/07

Lindo dato



¡Tengo un dato increíble! Ayer, volviendo de Viña del Mar a Santiago, leía El Perfumista de María Antonieta (que si te gustan los perfumes NO te lo pueden perder) y el famoso experto francés explicaba que la ex reina francesa conservaba su cutis radiante gracias a las propiedades astringentes de la lavanda.
Rápidamente recordé que una vez, en el Valle de Elqui, un reconocido destilador de esencias francés de la zona de Cochiguaz, me había regalado 2 litros de agua de lavanda (la que sobra al extraer el aceite esencial), para mis baños de tina. Y yo, nunca sabré porqué, jamás los usé. Hasta anoche, que llegué corriendo a mi casa y después de limpiarme el rostro, apliqué esta agua como tónico facial. ¡Se mueren!
Ahora bien, como sé que estarás destestándome por no tener los 2 litros de agua de lavanda que tengo en mi baño :) hice el segundo experimento y puse en un algodón un poco de agua bien caliente y sobre éste dejé caer 1 gota (sólo 1) de aceite esencial de lavanda y lo pasé, suavemente, por mi cara. El resultado, debo confesártelo, es idéntico.
La piel se siente libre de grasitud, con los poros contraídos, sin una gota de suciedad y las cremas se absorben con asombrante facilidad.

En serio, ayer, gracias a María Antonieta, descubrí el mejor tónico facial que mi rostro pudiera soñar ;)